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Cada mascota y cada tutor tienen unas necesidades diferentes y se mueven en entornos con poblaciones parasitarias propias.
Los planes de protección frente a parásitos deben ser siempre individualizados según la mascota (peso, edad, tipo de piel), las personas con las que vive (tendremos en cuenta si tenemos personas inmundeprimidas o ancianos en casa), el entorno en el que se mueve o sus hábitos.
Por eso cada tutor debe ser aconsejado por un especialista para poder ejercer las acciones preventivas más adecuadas para su mascota.
En primer lugar hablaremos de los parásitos externos que pueden afectar a nuestro perro, cómo actúan y por tanto cómo podremos detenerlos. En esta ocasión nos centraremos en pulgas, garrapatas y mosquito transmisor de la leishmania, aunque pueden ser muchos más.
La picadura de pulga puede desencadenar reacciones de hipersensibilidad cutánea, más conocida con Dermatitis alérgica por picadura de pulga (DAPP), que se manifiesta de manera aguda con picor intenso, sobre todo en la zona de la base del rabo, observando un eritema o enrojecimiento de la piel. Al inspeccionar la piel podremos ver las heces de la pulga (punteado negro) o incluso la pulga adulta, que es más complicado ya que tiende a esconderse dentro del pelo.
Las garrapatas se anclan a la piel de los animales con su aparato bucal, y succionan la sangre para alimentarse. Normalmente la picadura es indolora, pero existe un problema añadido y es que la garrapata transmite enfermedades a través de su saliva. Estas enfermedades son potencialmente graves. Entre ellas podemos hablar de la Babesia, la ehrlichia y la borreliosis.
Respecto al mosquito que transmite la leishmaniosis, será fundamental proteger a todas las mascotas contra su picadura, ya que es una enfermedad crónica, potencialmente grave, y que puede transmitirse a los humanos (zoonosis). Pero prestaremos especial atención a los perros que duerman en el exterior, ya que tienen más tiempo de exposición y el mosquito tiene su pico de actividad al atardecer y al amanecer.
Los productos más usados contra parásitos externos son los siguientes:
- Collares: actúan por fricción, y su prevención inicia durante los dos días posteriores a su colocación, o hasta siete días según el tipo de collar. Aconsejamos colocarlos durante todo el año. Aunque haya temporadas cálidas y húmedas de mayor incidencia, las pulgas y garrapatas están presentes todo el año, y el mosquito de leishmania está aumentando sus meses de actividad por el aumento de las temperaturas.
- Pipetas: las pipetas contienen sustancias oleosas, que se depositan en la piel de la mascota y se absorben por toda la grasa subcutánea, envolviendo así toda la superficie de la mascota. Repelen y matan a pulgas, garrapatas y mosquitos flebótomos y del género culex. Por tanto, ejercen una barrera protectora que evitará que los ectoparásitos se adhieran o piquen.
Tanto los collares como las pipetas actúan con un efecto conocido como “pies calientes”. Por ejemplo, cuando la garrapata camina sobre la piel de un perro protegido, sufre una hiperexcitación de las terminaciones nerviosas de sus patas y no consigue adherirse, se descoordina, abandona el huésped y muere.
- Comprimidos: son ingeridos por la mascota, pasando el principio activo a estar presente a nivel sistémico. Para que la garrapata muera tiene que adherirse y tomar sangre para intoxicarse. Según el producto usado, las pulgas pueden tardan 8 horas en morir y las garrapatas 12 horas. Aunque son de una actuación rápida, no se puede descartar que en ese intervalo de tiempo el ectoparásito haya podido inocular en nuestra mascota algún tipo de bacteria. No tienen actividad frente a flebótomos u otros mosquitos. Por tanto, nunca serán usados de manera única, sino que deben combinarse con repelentes externos. Su función es ideal en caso de que los repelentes hubieran perdido su eficacia, o la carga parasitaria ambiental fuera muy alta.
- ¿Puedo bañar a mi mascota?
El contacto con el agua no suele disminuir la efectividad de los antiparasitarios, tampoco los baños jabonosos, aunque algunos collares a partir del quinto mes bajan su acción frente a pulgas. Los baños jabonosos recomendados sería de uno al mes. Por otro lado, si vamos a usar pipetas, el momento ideal de bañar a nuestra mascota es a los quince días de haberla puesto. Si acabamos de hacerlo, debemos esperar al menos 48 horas para aplicarla, ya que así se recupera la grasa subcutánea por donde se funde el producto. - ¿Cuál es la edad y el peso mínimo de aplicación?
Puede variar según el producto, pero si tu mascota tiene menos de dos meses o pesa menos de 2 kilos, debes consultar a tu veterinario cuál es el mejor producto para evitar obredosificaciones y efectos adversos. - ¿Qué efectos adversos puedo observar?
Puedes observar picor, enrojecimiento, incoordinación o nerviosismo. Si pones una pipeta y poco después tu perro se pone muy nervioso, te recomendamos que laves la zona con agua fría (el agua caliente tiene un efecto vasodilatador y se extiende más rápido el producto) y jabón. Las reacciones adversas son escasas, pero es mejor que las pongas entre diario y por la mañana, ya que si te sucede por la noche podrías necesitar a un veterinario de urgencias para lograr detener este efecto adverso.